La logística cumple un papel muy importante en el traslado de mercancías y en el transporte de alimentos. Estos productos perecederos y con una vida útil más limitada están sujetos a una serie de normas para garantizar la calidad e higiene. Por otro lado, los profesionales del sector deben cumplir esta legislación, que no afecta a otro tipo de servicios. Es indudable, que estas mejoras y control han generado mayor confianza y seguridad.
Qué es el transporte de alimentos y su importancia
El transporte de alimentos ocupa una posición relevante en el mercado actual, ya que es posible disfrutar de cualquier producto en tiempo récord. Nos referimos al traslado de carnes, frutas, verduras y todo tipo de alimento congelado o preparado. Sin embargo, este sector está sujeto a una serie de retos y desafíos para lograr los máximos estándares de calidad.
En el territorio nacional, sobre todo, si se trata de distancias cortas, el transporte por carretera es el método más utilizado para la distribución de los alimentos perecederos. La amplia red de carreteras y los vehículos, más modernos y adaptados a las exigencias del mercado, favorecen esta opción.
No obstante, en la exportación e importación de alimentos perecederos, el transporte aéreo y marítimo también son importantes. Estos canales de comunicación, cada vez más rápidos, permiten recorrer distancias largas en menor tiempo. En el primer caso, es una alternativa ideal para entregas urgentes, en cambio, para mercancías voluminosas, los buques son muy adecuados, además, reúnen las características adecuadas para preservar los alimentos a temperaturas más bajas.
Normas destacadas del transporte de alimentos
Desde enero del 2013, se han ido aprobando una serie de regulaciones para adaptar este tipo de transporte a la realidad del mercado. Por otra parte, hay que garantizar la seguridad alimentaria, así como tener mayor control sobre el transporte de mercancías peligrosas. Por ejemplo, la higiene, la protección de los vehículos y la refrigeración son aspectos claves. Sin embargo, nos vamos a centrar en dos normativas que son vitales para este sector.
Ley de Transporte Sanitario de Alimentos (SFTA) de 2005
Esta norma tiene lugar a raíz de los brotes derivados de la contaminación de los alimentos durante el transporte. Esto ha dado lugar a que se produzcan enfermedades en los animales y humanos, por dicho motivo, la SFTA incluye una serie de prácticas que garantizan el transporte seguro. Además, todos los vehículos tienen que estar aptos para el traslado de mercancías, por lo tanto, hay que extremar las máximas precauciones en higiene y limpieza
La Ley de Transporte Sanitario de Alimentos (SFTA)
Tiene como objetivo prevenir los riesgos relacionados con la seguridad alimentaria. En consecuencia, la norma afecta tanto a los transportistas, conductores, operadores, así como a todo el personal implicado en el transporte por carretera y ferrocarril.
ATP: ‘Acuerdo sobre transportes internacionales de mercancías perecederas y sobre vehículos especiales utilizados en este transporte’
Una de las normas más destacadas en el transporte de alimentos perecederos se remonta al año 1970. Concretamente, el 1 de septiembre del referido año, se firmó el Acuerdo sobre transportes internacionales de mercancías perecederas y vehículos especiales en estos transportes (ATP). Aunque la normativa no entró en vigor hasta 1976, supone un avance, además, también se aplicó, posteriormente, en el territorio nacional (año 2005).
Este tratado de las Naciones Unidas propone un conjunto de reglas que se aplican al transporte internacional y que no afecta a las frutas y verduras. Sobre todo, se tienen en cuenta todos los detalles técnicos de los equipos de transporte, como camiones, remolques, vagones, etc. La calificación ATP se refiere al enfriamiento o temperaturas óptimas para mantener un producto en buenas condiciones.
En definitiva, los controles de Sanidad, tanto a nivel nacional e internacional, cada vez son más estrictos Por este motivo, el transporte de mercancías se rige por una serie de normas nacionales e internacionales, para garantizar un producto de calidad en óptimas condiciones para su consumo.